Medieval


ciudades medievales









 la edad media 
Toda la cultura europea durante la Edad Media tiene un acusado carácter agrícola. La ciudad medieval es una ciudad amurallada que aparece como lugar cerrado dentro del paisaje agrícola y forestal, sirviendo de fortaleza defensiva y refugio de sus habitantes y campesinos del entorno, a la vez que constituye el mercado del área de influencia.
Durante la Alta Edad Media, caracterizada por las sucesivas oleadas de invasiones que se sucedieron hasta el siglo X (germanos, musulmanes, vikingos, húngaros), continuó el proceso de ruralización que se remonta a la crisis del siglo III e impone el feudalismo. La principal autoridad en las decaídas ciudades romanas fue la del obispo. En cambio, en la Europa bárbara, a la que no llegó el Imperio Romano, tiene lugar en estos siglos una lenta extensión de las formas propias de la civilización romana-cristiana, y el surgimiento de nuevas ciudades.
En el burgo tiene lugar el surgimiento de actividades distintas a las agrícolas que favorecen el florecimiento de una economía monetaria y la especialización de los trabajos (gremios), constituyendo un marco heterogéneo donde el hombre rural se libera de sus dependencias ancestrales (servidumbre feudal) gracias al anonimato (Stadtluft macht frei -el aire de la ciudad te hace libre-) y a las posibilidades que ofrece la ciudad como centro de producción de los distintos saberes de la época. Las universidades juegan a partir de los siglos XII y XIII un papel destacado en el desarrollo de la cultura que se refleja en las ciudades, sobre todo en los conjuntos urbanos que aparecen junto a ellas.
Las ciudades más prósperas de la Baja Edad Media debieron su desarrollo al comercio a larga distancia que reconstruyó sus rutas a partir de las Cruzadas y el avance de los reinos cristianos frente a los musulmanes en la Reconquista española y el sur de Italia (normandos en Sicilia), que hizo que el Islam perdiera su anterior dominio de gran parte del Mediterráneo. Eso permitió que ciudades-estado del norte de Italia como VeneciaPisa y Génova experimentaran un gran auge, y de forma similar otros puertos del Mediterráneo Occidental como NápolesBarcelonaValencia o MarsellaConstantinoplasiguió siendo la ciudad cristiana más poblada e importante, por delante de las más modestas capitales occidentales (las mayores Roma y París). En el norte de Europa se desarrollaron las ciudadeshanseáticas del Báltico y el Mar del Norte (HamburgoLübeck) que llegaban en su influencia hasta el sur de Inglaterra (Londres) y las ricas ciudades de Flandes (BrujasAmberes); que a su vez se conectaban por el Rin (ColoniaBasilea) y las ferias de Champaña con Milán y el resto de las ciudades italianas. El control del estrecho de Gibraltar permitió la ruta marítima que conectaba el núcleo italiano con el flamenco a través de SevillaLisboa y los puertos castellanos del cantábrico (SantanderLaredoBilbao), conectados a través de Burgos al interior de la Meseta, donde se abrieron rutas paralelas a las de la Mesta (ValladolidSegoviaToledo) y las ferias de Medina del Campo.




No hay comentarios:

Publicar un comentario